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Tejiendo derechos cívicos y democráticos

3 junio, 2025

Tenemos una población que no tiene la oportunidad, ni el derecho a educarse en torno a la salud sexual integral, y esto provoca que muchos círculos de pobreza, de desigualdad y violencia se sigan reproduciendo en nuestro país”, nos compartió Jinna Rosales, Defensoría en Derechos Sexuales y Reproductivos.

Este 28 de mayo, en el Día de acción mundial por la salud de las mujeres y la higiene menstrual, Diakonia a través del Proyecto CRES realizan el Taller de elaboración de toallas con enfoque en derechos cívicos y democráticos donde alrededor de 40 mujeres y adolescentes de diferentes comunidades cercanas a Tegucigalpa han participado activamente mientras elaboran su toalla y conversan sobre cómo ejercer sus derechos.

El taller de elaboración de toallas de tela para la gestión menstrual representa un instrumento práctico para asegurar los derechos cívicos y democráticos de las mujeres. Al abordar una necesidad fundamental y promover la independencia, fortalecer su dignidad, salud, siendo elementos cruciales para el ejercicio integral de sus derechos en una sociedad democrática.

Además, el taller se enmarca en un enfoque de derechos cívicos y democráticos, reconociendo que el acceso a la salud menstrual es un derecho fundamental que debe ser garantizado para todas las personas menstruantes.

Los espacios de diálogos de mujeres para mujeres y disidencias sexuales son fundamentales, muy poderosos, porque promueven la construcción, tejido de redes de apoyo y para fortalecer las conciencias colectivas sobre nuestros derechos sexuales y reproductivos.

Estos espacios fomentan seguridad, confianza para poder abrirnos y poder dialogar, discutir, o simple y sencillamente sanar, el poder expresar lo que estoy viviendo, afrontando o cargando…” dice Jinna Rosales, Defensoría en Derechos Sexuales y Reproductivos.

En el marco de la construcción de una sociedad más informada, equitativa y participativa, resulta fundamental generar espacios de diálogo abiertos e inclusivos donde la población pueda acceder a información relevante sobre temas clave como:

  • Menstruación digna y salud menstrual: Para eliminar estigmas, promover la educación sexual integral y garantizar el acceso a productos de higiene básica como un derecho.
  • Derechos cívicos y democráticos: Con el fin de fortalecer la participación ciudadana, la rendición de cuentas, libertad de expresión y el ejercicio pleno de la democracia.
  • Acceso a actividades formativas: Como herramienta para reducir brechas de desigualdad y empoderar a las personas en la defensa de sus derechos.

    Durante el inicio de la jornada, la facilitadora Alexandra Palma, parte de Nosotras La Preferimos sencilla, generó un espacio de confianza al invitar a las participantes a reflexionar sobre qué es la menstruación, promoviendo una conversación desde sus propias experiencias antes de abordar los conceptos teóricos.

    A través de recursos didácticos como una pancarta ilustrativa y modelos de crochet, explicó de forma clara el ciclo menstrual, y desmitificó creencias comunes relacionadas con el sangrado.

    Las participantes, especialmente las más jóvenes, adolescentes en riesgo social de entre 12 y 15 años, se mostraron curiosas y participativas, interactuando con preguntas, dibujos y comentarios que propiciaron un ambiente de aprendizaje horizontal. Uno de los momentos más enriquecedores fue cuando se habló del registro emocional asociado al ciclo menstrual, permitiendo que cada persona identificará cómo se sienten a lo largo de sus días menstruales, reconociendo sus cuerpos con mayor empatía.

    El segundo momento de la jornada fue la exploración práctica y educativa sobre los distintos productos de gestión menstrual, liderada por Ruth Mena.

    Ruth ofreció información detallada sobre la composición, el uso y la accesibilidad de cada uno, fomentando una reflexión crítica sobre los estigmas y barreras económicas que enfrentan muchas mujeres.

    Se abordaron características, ventajas y desventajas, desde los tampones, toallas desechables y reutilizables, hasta las copas menstruales, discos, calzones absorbentes y la esponja marina. Las participantes compartieron sus experiencias personales con humor, apertura y reflexión, desmitificando tabúes relacionados con el himen, la virginidad y el uso de estos productos. Este segmento no sólo promovió el conocimiento, sino también el empoderamiento a través de la autonomía corporal.

    Finalmente, se desarrolló una dinámica lúdica y educativa que permitió conectar los temas de salud menstrual con los derechos humanos, sexuales y reproductivos, y cívicos y democráticos. Liderada por Keren Castellanos.

    A través del juego del “teléfono” y una discusión abierta, se abordaron conceptos como la autonomía, el acceso a la información, el derecho a decidir sobre el propio cuerpo y la necesidad de una educación sexual integral. Se discutió la relación entre la participación política y el ejercicio de estos derechos, subrayando la importancia de elegir representantes que promuevan políticas públicas inclusivas, abordando la importancia sobre conocer nuestros derechos cívicos y democráticos, y el cómo ejercerlos.

    “Poder facilitar espacios informativos como mujer jóven para mí es muy emocionante. Me pone muy contenta poder compartir conocimientos que me ha dado la universidad pública y replicarlos a través de la construcción grupal con otras niñas y mujeres. Representa construir espacios en los que se puede compartir de manera segura”, nos contó Keren Castellano, facilitadora sobre los derechos cívicos y democráticos.

    “Considero que el aporte que brindan estos espacios es la educación.  Enseña a las mujeres de sus derechos, de alguna forma, promueve el autoconocimiento, no sólo te aporta información también les deja estrategias y materiales que a la larga te ayudan a entender tantas cosas que suceden alrededor. Y aunque no parezca, les da otra visión del mundo, la oportunidad de conocer otras cosas, de sentir curiosidades sobre otras cosas. Estos son los espacios amigables que tanto necesitamos”,  mencionó Marcela Moreira, del Módulo de Atención a la Adolescente Centro Ciudad Mujer Tegucigalpa.

    Cada participante tuvo la oportunidad de elaborar su toalla, conversar sobre sus realidades, y sentirse seguras y acompañadas durante toda la jornada.

    Espacios como este rompen las barreras de la desinformación, promueven la participación ciudadana, generan inclusión y empatía, y reducen las brechas sociales, es por ello que se vuelven de relevancia para la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

    Teniendo en cuenta que las diferencias de edad no son significativas cuando a todas compartimos la necesidad de compartir más espacios como este.

    Es por eso por lo que el Proyecto CRES (Centro Regional de Servicios) a través de sus diferentes acciones, reafirma su compromiso con la realización de actividades y espacios que promuevan la participación, la libertad de expresión, el derecho a organizarse, y otros derechos fundamentales para el diario vivir. 

    Entre todas las personas construimos democracia, porque la libertad florece donde hay participación.

    Instituciones públicas, organizaciones sociales y la ciudadanía deben trabajar juntas para garantizar que estas actividades sean gratuitas, accesibles y con enfoque de género y diversidad. Solo así lograremos una sociedad más justa e informada.

    ¡El conocimiento es poder! Impulsemos más iniciativas que acerquen información vital a todos los sectores.