Crónica

Hay autoridad para hablar y protagonistar los cambios 

6 marzo, 2023

Son las dos de la tarde y el calor es intenso en Quibdó, la capital del Departamento del Chocó. En la mesa grande de la oficina de la Comisión de Género de COCOMACIA siete mujeres reciben nuestra visita. La mayoría son mujeres adultas, algunas con larga experiencia. Han pasado casi veinte años desde que varias de ellas participaron en la Escuela de Género de Diakonia. Han sido años difíciles porque la guerra hirió profundamente a las comunidades afrocolombianas e indígenas, y la pobreza, la discriminación y la exclusión social son duras realidades para estos pueblos ancestrales.

Pero han sido difíciles también porque han desafiado estructuras patriarcales que las obligan a estar en casa, a no meterse en asuntos públicos, a obedecer las normas sociales que establecen las conductas adecuadas para que las mujeres sean asistentes y cuando más observadoras, renunciando a ser protagonistas de la historia. “En más de una ocasión, dice Rubiela, tuvimos la intención de irnos de esta organización porque no nos dan el espacio que merecemos, no tenemos recursos para trabajar y las decisiones parecen estar reducidas a los hombres”.

Ellas han trabajado durante muchos años acompañando a las comunidades como lideresas. Conocen tanto o más que los líderes varones los territorios de la región del Medio Atrato, los múltiples ríos y caños donde se asientan las comunidades afrocolombianas. Junto con los líderes hombres han roto los bloqueos impuestos por los armados para llevar alimentos y medicinas, sacar enfermos, llevar apoyo a las pequeñas comunidades. Igual o aún más que sus compañeros han soportado amenazas y saben lo que significa tener la vida bajo riesgo.

“Haber participado en la Escuela de Género de Diakonia me cambió la vida -dice Carmen- desde entonces yo decidí trabajar por COCOMACIA desde las mujeres, para las mujeres porque tenemos derechos”. Coinciden en esto las demás compañeras. “Crear y mantener, pese a las dificultades, la Comisión de Género, es una de las decisiones mejores que tomamos. Fue Diakonia quién nos animó a crear esta Comisión, y los recursos que hemos tendido, que son pequeños, siempre han llegado por Diakonia”.

Mientras hablan de su historia de trabajo tienen también la capacidad de mirar hacia el futuro. “Nos imaginamos una gran movilización de mujeres por el Río Atrato para reclamar los derechos de nuestras comunidades y en particular de las mujeres”. Su experiencia les ha enseñado que los procesos de construcción de capacidades requieren una base de formación para las mujeres, y ahí encuentran un problema serio para las mujeres mayores.

“Muchas compañeras en el Medio Atrato no saben leer ni escribir, no pueden firmar, no reconocen su número de cédula para trámites legales”. Y les cabe en el corazón la inclusión de derechos de personas LGBTIQ+, “vemos la importancia de contribuir en el proceso de identificación de las personas diversas para que se reconozcan como parte de nuestra organización y con derechos”.

Han pasado años desde los encuentros de la Escuela de Género, las jóvenes lideresas de aquel momento son ahora protagonistas de los cambios. En una historia de organizaciones patriarcales algunas de ellas han llegado a ser representantes legales, y hacer parte de la Junta Directiva, asumiendo la vocería de las subregiones y como tal han sido y son autoridades del Estado en territorios afrocolombianos. Saben que las trasformaciones en las relaciones de género, para construir justicia, son complejas, de lago aliento y difíciles, pero saben también que el futuro será mejor si pueden avanzar junto con los hombres de su organización.

Diakonia seguirá muy de cerca apoyando a las mujeres de la Comisión de Género de la COCOMACIA, escuchará sus propuestas y buscará en el apoyo a COCOMACIA el diálogo de hombres y mujeres que tienen el derecho a existir como pueblos y el derecho a vivir en un territorio y a actuar en una organización donde las mujeres sean reconocidas como con autoridad para hablar, para representar a sus comunidades y ser protagonistas de los cambios que han ido ocurriendo y de las transformaciones aún pendientes.

Cae la tarde, nos despedimos convencidos que esta conversación se mantendrá en 2023 para hacer visibles a las mujeres afrocolombianas de la COCOMACIA.

César A. Grajales H, Director Nacional, Programa Colombia